La obra de restauración del cuartel de la guardia civil del ferrolano barrio de Canido, concurre a los premios nacionales Lledó de arquitectura.

De nuevo una obra del prestigioso estudio ferrolano Anta Arquitectos –Sergio Jesús Beceiro y Rosa Vilas Romalde– concurre a un premio de arquitectura, en este caso a la primera edición de los premios ibéricos LLadó, en su modalidad de rehabilitación.

Debido a que el sponsor del evento es Lledó Iluminación, uno de los aspectos principales a valorar será la luz y en consecuencia se otorgará un premio que ayude a la formación del vencedor y en la sensibilización de las aplicaciones de luz en la arquitectura.

Reseñar la activa participación de Talleres Mecánicos Galicia en dicha obra, suministrando los premarcos de puertas y ventanas, elementos cruciales en la iluminación del mismo.

A continuación podéis ver una serie de instantáneas de esta impresionante obra.

 

 

     A continuación detallamos la descripción de dicha obra:

ACONDICIONAMIENTO DEL CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL DE FERROL correspondiente a la FASE 1ª

Antes de proceder a explicar la intervención resulta imprescindible ubicar la época en la que se construyó el cuartel. Estamos hablando de finales de los años cuarenta, en plena posguerra, con un grave déficit de vivienda en todo el país, sumado a una escasez de medios económicos y materiales. El resto de Europa acaba de sufrir la Segunda Guerra Mundial.

La tipología constructiva de estos pabellones, similar a otras construcciones europeas de la época, es la siguiente: muros de carga de mampostería de 50 cms. en todo su perímetro sobre los que apoyaban los forjados de hormigón armado de bovedillas de cemento. La distancia entre los muros de carga es de 7,50 mts por lo que se dispone de un muro de carga intermedio de ladrillo macizo para apoyar el forjado de hormigón armado. Se disponen estancias en planta baja, por lo que se construyó un forjado sanitario a base de bóvedas de ladrillo, para evitar el contacto con el terreno. La cubierta, a dos aguas, está separada de las viviendas de la planta segunda con una gran cámara de aire y un falso techo en horizontal. Urbanísticamente su implantación es inmejorable, los bloques flanquean la parcela y sirven de cierre, permitiendo la buena orientación de los pabellones al amplio patio interior. Por tanto, estamos hablando de una construcción modesta, pero sabia en la racionalización de los recursos, con una lógica funcional clara y racional.

Si ubicamos el edificio en el contexto histórico en que se construyó, podemos afirmar que las viviendas se diseñaron con conceptos modernos, y disponían de cocina, baño, tres dormitorios y salón comedor, distribuidos en 70 m2 útiles, con buenas condiciones de habitabilidad ya disponían como mínimo de dos orientaciones y todas las estancias tenían luces y vistas a fachada.

En las siguientes fases que se acometan en el cuartel está previsto la rehabilitación de las viviendas y su adaptación a las nuevas exigencias de habitabilidad de norma gallega, que es de las más restrictiva a nivel estatal. Esta adaptación, resulta sorprendentemente sencilla lo que pone de manifiesto lo actual del diseño.

Cuando el cuartel fue inaugurado se ocupó en su totalidad, este fue su momento de mayor apogeo y de sus dotaciones, ya que no todo estaba destinado a vivienda. El cuartel disponía de oficinas, cantina y economato propio. Los niños jugaban en el gran campo que era el centro de la parcela y los caballos, (todavía no se disponía de vehículos), tenían su caseta en la parte norte de la parcela. No hay que olvidar que estamos a comienzos de los años 50.

Con la propuesta realizada se rehabilita y adapta lo construido a las nuevas necesidades actuales.

Este ha sido nuestro cometido en esta intervención, adaptar una tipología racional y ajustada a los recursos disponibles en su época a unas nuevas necesidades del acuartelamiento.

ACTUACIONES GLOBALES DE LA INTERVENCIÓN

Atendiendo a las necesidades planteadas por la Dirección General de la Guardia Civil, el proyecto contempla la rehabilitación exterior de los bloques existentes II, IV y VI, así como el acondicionamiento interior de los bloques II y VI para destinarlos a dependencias oficiales.

Este proyecto define las pautas de una primera actuación, ya que se actuará paulatinamente en el conjunto de los restantes bloques de la parcela.

Es importante destacar que lo prioritario de la intervención ha sido: en primer lugar, adaptar el cuartel a las nuevas necesidades de programa configurando espacios renovados y luminosos adaptados a las necesidades de trabajo, en segundo lugar, hacer un edificio energéticamente eficiente, y en tercer lugar hacer los pabellones accesibles con la instalación de rampas y ascensores.

Partiendo de los condicionantes tipológicos de la edificación existente, de las necesidades de programa de acuartelamiento y de las patologías que presentaba la edificación se plantea una solución arquitectónica donde los núcleos de comunicaciones se convierten en los elementos diferenciadores de la propuesta.

Los ascensores se plantean fuera del volumen original a modo de “torres de cristal” de modo que el núcleo de comunicaciones de abre al patio de manzana permitiendo la entrada de luz generosa en el centro de cada pabellón. Esta entrada de luz se ve reforzada con un lucernario en cubierta sobre las escaleras.

La diferencia de niveles entre las plantas se solventa con pequeñas rampas que permite configurar una escalera de tabicas uniformes.

A nivel compositivo transforman el conjunto y se convierten en la referencia de cada pabellón. A nivel cromático se emplearon vidrios de color verdoso acordes con los colores corporativos de la Guardia Civil.

El programa de necesidades del acuartelamiento se adaptó con cierta facilidad a la tipología constructiva de vivienda existente de respetando el muro central de carga.

En la planta bajo cubierta se ubicaron las estancias que necesitan más amplitud espacial. Se incorporó el espacio bajo cubierta a la segunda planta y al no tener muro de carga central se diseñaron los cerramientos de las estancias con mampara de vidrio que amplían los espacios.

A nivel constructivo se toman las siguientes determinaciones:

En fachada se proyecta un SATE que dota al cerramiento de gran inercia térmica y elimina los puentes térmicos.

En planta baja se construye un zócalo de fachada ventilada. Se emplea la misma piedra para la configuración de las rampa-escaleras de cada módulo.

Las carpinterías se diseñan con marco de hoja oculta para permitir la máxima entrada de luz en las estancias.

Se proyecta una cubierta ligera a base de estructura metálica panel sándwich y chapa de zinc.

A nivel de instalaciones se colocaron sistemas eficientes, caldera de biomasa centralizada para los módulos y luminarias leds para las dependencias. Esto ha permitido lograr una letra A en calificación energética de los módulos tanto en el consumo de energía primaria como en la emisión de dióxido de carbono.